Antología poética
Exilio emocional
Escribo desde mi exilio emocional
Desde el lugar desde el que pensé
Las piedras no me alcanzarían
Desde el lugar desde el que pensé
El polvo cubriría mis heridas
Escribo ahora que el frío amenaza
Ahora que diciembre es un ángel sin alas
Ahora que resbalan los pies en el hielo
Y el llanto por la garganta
Pero lo cierto es que no sé
Si escribo desde la cobardía
O desde la necesidad
Desde una cada vez más próxima
Y oscura Navidad
Escribo ahora que han caído los pilares
Y los santos de su altar
Ahora que han levantado las piedras
El polvo que nubla mi caminar
Y lo cierto es que escribo ahora
Desde la esperanza de volver
Y dejar de añorar a mi familia
Desde la certeza de volver
Y añorarla aún más
Desde la certeza de que volver
No lo cambiará
Cornisa (o surco nasogeniano)
Cornisa, del latín coronis, es la parte superior y más saliente de la fachada de una edificación. Tiene como función principal evitar que el agua de lluvia incida directamente sobre el muro, igual que mi sonrisa evita que las lágrimas que se deslizan por mis mejillas incidan directamente sobre la boca y sequen los labios con los que te beso.
Coronis, del latín, línea curvada. La de tu espalda, que desciende y se transforma. La del vello de tus brazos al erizarse. La de la manifestación del deseo, de nuestro placer.
Coronis, de la mitología griega, amante del dios Apolo. Pero tú, pese a encender las musas con tu arco (línea curvada), surges de las aguas del Egeo y caminas hacia mí con arena tesalia en tus pies.
Tan solo espero que no sobrevuele nuestros cuerpos, aún tibios, un cuervo negro.
Luna de arcilla
Brotan de mis ojos las aguas del Yesa
Rompen en mi garganta las olas de Saturraran
La sal escuece en la herida que la luna,
con su sierra,
ha abierto en mi pecho
Mi corazón, cubierto de lodo, se seca al sol
(Y) se agrieta a cada latido
Se clavan en mis pies las agujas del pino
Perenne
Como nuestro verano
Otoño sin luna
La luna no brillará en octubre
El minutero retoma su ritmo habitual
Las hojas amortiguarán la caída de nuestros castillos
de arena, barro y sal
Maniobras de escapismo
Sigue coleccionando plumas
Algún día conseguiremos volar
Flores de abril
Caímos en pozos distintos
Oía tu llanto desde mi agujero
Atravesaba el barro que cubría mis oídos
Y con mis manos cavé un túnel
Hacia tus gemidos
Hasta que mis dedos sangraron
Hasta que me quebré
Y de mis huesos rotos crecieron las flores
Que aquella tarde de abril colocaste en mi pelo
Solo niebla
Por encima de ti se mueven las nubes.
Pero tú estás ahí, quieta.
Desearías llegar a su altura.
Pero tú,
Que estás ahí,
Tan solo eres niebla.
Lagartija
Unos ojos grandes
Baila una lagartija
Con el corazón en llamas
Muy cerca del suelo
Fuera, fiera
Fuera, fiera.
Fuera de mí,
Fiera de mí,
De mi fuego,
De mi fuero.
Fuera, fiera.
Fuera de mí,
Fiera de mí.
Mi espejo grita
Hace tiempo que no me miro en el espejo
Porque mi espejo grita verdades
Me miro
Pero no quiero verme
Mi reflejo me muestra unos ojos cansados
Unos párpados pesados
Por el peso
Del alma
De la mente
Que resbala por la frente
Hasta las ojeras
Que almacenan las ideas
Negras
Hace tiempo que no me miro en el espejo
Porque mi espejo grita verdades
No hay sueños
Solo sueño
Mi reflejo me muestra unos ojos vacíos
Ciegos ante la certeza
Del fin
Del otoño
La venda que cubre mis ojos
Cubre también mi boca
Reprime el grito
Reprimo el grito
El grito me ahoga
El velo que cubre los cristales
Cubre también mis oídos
Amortigua el sonido
Pero no el golpe
Cuando mi espejo grita: vete
Mi abuela llora
Llora mi abuela en la butaca.
Pide ir con su madre,
Pide ir con su marido.
Pide ir con su hermana,
Pide ir con su hijo.
Llora mi abuela en la butaca.
Y yo le digo:
Ve tú, abuela,
Que yo aquí sigo,
Para que en la tierra,
Sigáis estando vivos.
Poema a Galicia
Una vez más,
Me dirijo hacia ti,
Hacia tus campos verdes,
Tus atardeceres,
Las siluetas recortadas en el crepúsculo
Y el olor a mar.
Tan solo espero
No confundir tus ramas con sus brazos,
Tu brisa con su aliento,
Tu arena, en mis manos, con el lazo de sus dedos.
Porque hoy vuelvo a ti
Y no a él.
Aunque después de todo este tiempo
Aún estén sus huellas en la arena.
Noviembre en Barcelona
(o la tarde en que aprendí a revelar carretes)
Regreso de mi viaje a Barcelona
El tren avanza veloz hacia atrás
Me siento libre
Tengo ganas de coger las riendas de mi vida
Perseguir ese sueño
Que muchos no se toman en serio
Vivir
Aprender
Dejarse llevar
Dejarse enseñar
La casa de mi amigo es fría
Su habitación pequeña
Una caja de zapatos
Un escritorio casi tan largo como la cama
Paralelo a esta
No tiene silla
La silla es el colchón
No hay manta
Tampoco edredón
Tan solo una funda
Y una sábana bajera de otro juego
Pero él duerme desnudo
Yo no
He pasado frío
Y sueño
Poca luz
La ventana, pequeña, da al cuarto de la colada
Y un microondas
El patio es sucio y oscuro
Pero me encanta
En la habitación una cómoda
No hay perchas
Y muchas cosas por el suelo
También mi maleta
Y mis zapatillas
Con las que tropieza
Y ríe
Películas a medias
En uno de sus dos monitores
Cigarros en la terraza
Muchos
Él
Yo no
Y frío
Música gitana
Rap
Sexo sin compromisos
Sudor
Mucho
Una luz azul imprime mi cuerpo desnudo en la pared
Bota
Se agita
Sudor
Manos que sujetan mis tobillos
Manos que sujetan mis muñecas
Manos que sujetan mi cuello
Sudor
Se agita
Sábanas mojadas
Una batería que no funciona
Calle arriba
Calle abajo
Carne
Mucha carne
Proyectos
Otra peli a medias
Palomas en Plaza Cataluña
Gaviotas al acecho
Sol
Libertad
Desorientación
Da igual
Cañas y películas
Más cámaras
Otro tren de noche
Una mano en el culo
Él duerme desnudo
Yo no
Químicos
Mezclas
Una toalla en la ventana
Un cuarto a oscuras
Manos a tientas
Liberan recuerdos
Botellas de cerveza
Imprimen momentos en cintas marrones
Que secan al aire en una terraza
Cigarros
Él
Yo no
Yo observo
Y escucho
Historias
Admiración
Tengo ganas de coger las riendas de mi vida
Toma forma ese sueño
Que muchos no se toman en serio
Vivo
Aprendo
Me dejo llevar
Me dejo enseñar
La casa de mi amigo es fría
Pero prende la llama
El motor está encendido
Ilustración Noviembre en Barcelona